Trabajar como entrenador personal

Ser entrenador personal es una profesión que necesita esfuerzo y tiempo. Aunque a priori parezca fácil trabajar como entrenador personal, no lo es, puesto que cada sesión de entrenamiento requiere muchas horas previas de trabajo, para diseñar adecuadamente la rutina de ejercicio físico en función del perfil y objetivos de cada cliente conforme a lo que se ha trabajado en sesiones anteriores y se trabajará en las posteriores.

El primer paso para trabajar como entrenador personal, bien sea por cuenta propia o cuenta ajena, es hacer algún curso de entrenador: Fundamentos teóricos personal con prácticas, para el cual no se necesita formación previa, aunque lo ideal sería haber cursado anteriormente el grado de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, que proporciona una visión mucho más amplia y profunda sobre la disciplina.

Un buen entrenador personal se hace con la experiencia y con unos buenos conocimientos de anatomía, fisiología, biomecánica, y muchas más áreas relacionadas con el cuerpo humano y su actividad. Además, es fundamental sentir vocación por enseñar el deporte y disfrutar del trato con las personas, ya que el componente psicológico de todo entrenamiento personal es importante.

Para conseguir trabajar como entrenador personal y ser bueno en tu oficio, además de haber adquirido todos los conocimientos necesarios y de cumplir con los requisitos para ser entrenador personal, debes reunir una serie de competencias o aptitudes:

Creer en lo que haces

El entrenamiento personal no solo persigue mejorar la apariencia corporal del cliente conforme a sus objetivos, sino también introducir hábitos de vida saludables en las personas. Debes creer en ti y no transmitir inseguridad.

Capacidad de motivación

Para ser entrenador personal debes saber motivar a tu cliente, para que su esfuerzo persevere por su propia voluntad. Aquí es donde entra en juego la psicología del entrenador personal.

Predicar con el ejemplo

Cuida tu físico, puesto que es tu carta de presentación. Tener un buen cuerpo no asegura ser un buen entrenador, aunque sí ayuda a mejorar la imagen y dar mayor credibilidad.

Liderazgo

Debes poseer dotes de líder (o aprenderlas), puesto que alguien que trabaja como entrenador personal es quien motiva y anima al cliente, siendo su modelo a seguir (ya sea por el físico o por sus conocimientos sobre estilos de vida saludables).

Además de entrenar, enseñar

No te limites simplemente a ordenar la realización de ejercicios, intenta siempre acompañar cada ejercicio con una explicación de por qué es beneficioso ese ejercicio, qué músculos se trabajan, etc. Una persona que entiende lo que hace aprovechará mucho más la sesión de entrenamiento.

 

Si de verdad te gusta enseñar el deporte y quieres que tu profesión sea mejorar la salud de las personas, ten en cuenta lo siguiente:

  1. Empieza escogiendo una formación adecuada de calidad que te proporcione una base de conocimientos sólida.
  2. Trabaja tus puntos débiles, mejorando aquellos aspectos que creas que necesitan un empujón.
  3. Refuerza tus puntos fuertes y convéncete de todas tus capacidades.

Sólo así conseguirás trabajar como entrenador personal y ser para tu cliente un líder, un mentor, un motivador, un psicólogo y, en muchos casos, un amigo.